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Este es un humilde sitio donde podré difundir también mis escritos. Volcaré semanalmente algunos de mis cuentos editados e inéditos para que la gente pueda disfrutarlos.



Espero les agrade.








lunes, 2 de abril de 2012

Nuestro amigo héroe

al querido Omar Spaccarotella
 

La mente recibe imágenes en todo momento, figuras de recuerdos imborrables que no habitan ni espacio, ni tiempo. Los años van madurando las ideas rebeldes de antaño y promulgan los nuevos ideales. Uno ve la vida de otra forma y analiza los hechos con otros parámetros.

La historia juzga los acontecimientos de una forma subjetiva en el mismo momento que ocurren y en forma mucho más que objetiva cuando la historia crece en edad. Un héroe de guerra de ayer, es mucho más respetado y admirado hoy. No porque ayer no mereciese los honores, sino porque las heridas abiertas de la malversación del exitismo victorioso, se apagan con el tiempo y dejan paso a los análisis profundos y despojados de la frivolidad propia de aquel exitismo.

Un amigo, es un amigo, ayer y hoy. Un héroe, es un héroe ayer y hoy. Un amigo, es un amigo ayer, un héroe hoy y un amigo héroe siempre.

Omar es eso, un héroe contemporáneo silencioso y desconocido. Nuestro héroe.

Uno de los tantos que prestigian la historia de nuestro país, a quienes los historiadores no conocen, nombres con los cuales no llenan las páginas de sus libros.

Pero hay otro libro, por suerte hay otro; ese que escribimos quienes lo conocemos. Un libro sin papel y sin tinta, con memoria y gratitud.

Omar es un amigo de ayer, un héroe de hoy, nuestro héroe. Aquel compañero entrañable, del querido Huergo, de primero a sexto año. Desde aquella primera ocatava en el galpón de chapa, pasando por los mágicos momentos de un compañerismo a pleno, hasta llegar a recibirnos de técnicos.

Omar es el héroe que todos soñamos ser, el que representó a cada uno de sus compañeros en el intento de recuperación de nuestra soberanía sobre las Islas  Malvinas. Llevando el pesado fusil en nombre de todos, disparando balas de emoción y granadas de dignidad. Soportando el frío isleño y la temperatura bajo cero del destino que quizo ponerlo allí,

No habrá forma de agradecerle tanto valor. No habrá forma de homenajear semejante hidalguía, Nos quedará el hecho de poder tenerlo cerca, poder brindarle nuestra amistad de por vida y seguir admirándolo, respetándolo como cuanto el destino quizo que sea; nuestro héroe, nuestro amigo héroe.

Eduardo J. Quintana - Escritor Argentino