El sol iba levantando la temperatura de la mañana, sus rayos
en la cabeza cansada de Chiche provocaban un sueño muy usual en los jóvenes de
esta época. Cuan largo era se acostó en el banco de la plaza y antes de
cumplirse el minuto de ojos cerrados, sus ronquidos comenzaron a escucharse a varios
metros a la redonda. Se lo notaba nervioso, se movía, soñaba, tenía pesadillas.
Un sueño basado en imágenes de partidos jugados por Huracán
con Brown de Adrogué y Villa San Carlos, con Instituto, Talleres y Sportivo
Belgrano de San Francisco. Imágenes mezcladas con un tiro libre del Inglés
Babington y una gambeta del Loco Houseman, con una charla técnica de Ángel
Cappa y una cabriola del Totigol. Una foto del Turco García al lado de una de
Tucho Méndez.
Y de repente aparecían las tribunas del Genacio Sálice y las
torres de iluminación del Norberto Tomaghello y el verde césped del Eva Perón
de Junín. Sueño oscuro que tendía a ser una pesadilla permanente. Trasladarse a
momentos impensados, lugares olvidados, tiempos pasados, gentíos, popular y
muchedumbre. Parque de los Patricios, barrio y carnaval. Sueño profundo con la
presencia de la verde y blanca del Taladro, la celeste y blanca del Decano y la
rojiblanca del Tatengue.
Interminables viajes a Misiones, Corrientes y Mendoza
escabullidos entre neutrales sin camiseta, con el tatuaje del Globo escondido
bajo la manga de mi buzo azul. El Ducó a pleno en tantas noches de batallas
futboleras con Douglas, Crucero o el Lobo jujeño; con toda la mística de una
centenaria historia de amor y pasión quemera.
Se lo notaba nervioso, se movía, soñaba, tenía pesadillas.
Oscuros sueños de derrotas inimaginables con cambio de técnico a mitad de
camino y la sinuosidad propia de las divisionales de ascenso, con equipos que
hacen valer la localía y te muerden la pelota hasta en el vestuario. Un sueño
que mostraba un Globo que levantaba vuelo en las últimas fechas a base de
corazón y buen fútbol. Que dejaba rivales en el camino subiendo en la tabla de
posiciones, acercándose a los puestos de ascenso.
Hay clubes en que las cosas salen fáciles. Para ser de
Huracán hay que tener un corazón indestructible. Todo es difícil, todo es
complicado, todo cuesta el doble y a doble o nada llegó el final y ese final
iba a quedar marcado para la historia. Una definición mano a mano con Independiente,
en una final en cancha neutral. Más que un sueño era pesadilla, un momento casi
irreal donde el Rey de Copas también estaba jugando las chances de ascenso
rememorando una vieja final del 94, en la que los de rojo habían salido airosos.
Pero esta vez era distinto, la onda era otra, la esperanza era mayor.
El sol pegaba a pleno en la humanidad de Chiche y sus
ronquidos eran muy sonoros, tanto como para que Tato se acerque y lo zamarree.
- Eh
loco, pará de roncar que te vas a quedar
afónico
Y totalmente sobresaltado, Chiche grita:
- Noooo,
Noooo, Nooooo
Mira a su alrededor con sus ojos inyectados en sangre y
comenta
- ¡Qué
pesadilla por Dios…! Soñé que Huracán se iba al descenso y hasta jugaba una
final con Independiente
Ante la carcajada general, Chiche acota.
- Menos
mal que fue una horrible pesadilla.
Se levantó del banco, fue a un bebedero, tomó agua, se lavó
la cara y se puso la camiseta de Huracán. Llevaba tatuado en la piel un Globo
con la leyenda “El Sexto Grande” y partió con sus amigos rumbo al Nuevo
Gasómetro, donde Huracán jugaría el clásico contra el Ciclón. Otro más, del más
porteño de los clásicos.
Solo había vivido una pesadilla, una horrible pesadilla en
la cual, como siempre, triunfaron el amor por los colores y la pasión por un
grande como el Club Atlético Huracán, el de Parque de los Patricios, el que se
codea con los grandes de Primera División. La que nunca debió abandonar…
Eduardo J. Quintana
Inédito
@ejquintana010
"Difundir la Literatura Futbolera para volver a pensar en jugar a la pelota"
Las imágenes que ilustran este cuento, fueron tomadas de Internet
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Muy bueno. Ojalá traiga suerte y mañana se termine "LA PESADILLA" AGUANTE EL GLOBO
ResponderEliminarSebastián
No trajo suerte, pero el sentimiento del hincha por los colores no se negocio. Abrazo de gol !
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