Llegó
la hora, corrió la colcha y la sábana, acomodó la almohada y se acostó. Se tapó
como si fuese invierno. Era invierno. Un veranito se había apropiado del día,
pero a él no le importó. Así como se come locro en las fiestas patrias, nueces
y almendras en las fiestas, el Cuchara entendía que, si era julio, debería
pernoctar tapado con sábana y colcha.
El
Cuchara era futbolero y como tal, dormía con una camiseta argentina, símil a la
que usara Diego Maradona en México ’86, gastada del uso, amada a través del
tiempo y preciada luego de su partida física. El Cuchara se llamaba Fabián y
había adquirido su apodo, en la facilidad de levantar de “cucharita” la pelota
de fútbol, desde muy pequeño.
Al
acostarse sintió un frío que, en realidad, no hacía. Era una atípica noche de
invierno, sin estufa, ni acondicionador de aire. Pero, para él, no era una
noche más; por eso durmió inquieto, inmerso en un profundo sueño que, de haber
sido real, lo hubiese marcado para toda la vida. Soñó con Diego, soñó con el
mundial en el cual, el diez, había usado el manto sagrado con el cual dormía.
Lo tuvo presente toda la noche, hasta sintió hablar con él y en la despedida,
lo abrazó con el amor y la pasión que merecía su ídolo. Escuchó su voz cuando se
alejaba y un clarísimo:
-
¡Chau
Cuchara…!
Amaneció
alegre, con una felicidad interior que no cabía en su ser. Había sido bendecido
en una noche de julio. En el baño, mirándose en el espejo, apreció su sonrisa. Cuando
saludó a su madre sintió su positivismo. Mientras iba hasta la panadería luciendo
la celeste y blanca, escuchó el grito que le propinó un camionero:
-
Chau
Messi…
Ingresó
a su casa, puso la pava a calentar y fijó su vista en el almanaque de madera que
su madre había actualizado, allí estaba la señal: 10 de julio de 2021.
Simplemente
10…
Cuento inédito
Hermoso,Sr Quintana.Emotivo como todo lo que a salido de esa pluma que empuña.Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias. Abrazo de gol...
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