Bienvenidos



Este es un humilde sitio donde podré difundir también mis escritos. Volcaré semanalmente algunos de mis cuentos editados e inéditos para que la gente pueda disfrutarlos.



Espero les agrade.








viernes, 17 de diciembre de 2010

Formato de mujer

Como un viejo catador de vinos, degustando la exquisitez de su volumen y el típico sabor que frecuenta su boca, acepta la aptitud de calidad de la bebida de los pueblos.
La suavidad y el poder que emanan de su interior se asemejan al cálido tallo de una hermosa rosa roja, con su pureza natural y el encanto subyugante de su perfume.
Un añejo vino tinto, una perfumada rosa roja; funden su esencia en un horizonte imaginario en el que se entremezclan colores y aromas, suavidad y dulzura; todo para lograr una asociación de bellezas, que se asemeja al cúmulo de partes sensualmente únicas que forman el cuerpo desnudo de una mujer con su piel aterciopelada y suave.
Nada más hermoso que una mujer desnuda, nada más delicioso que una exquisita copa de buen vino tinto, nada mas atractivo que una natural rosa roja. Una conjunción de adjetivos para igualar la imagen que se genera en las retinas de cualquier hombre amante de la vida.
El cabello largo por debajo de los hombros casi a media espalda, la curvatura del final de ella y el comienzo de los glúteos bien marcados y tan suaves como los pétalos mismos de la rosa roja. Las torneadas piernas y su interminable recorrido, al igual que el sorbo de vino degustado en su camino por la garganta; los pies, zona sensible por excelencia con sus dedos tan largos como el tallo de una rosa, sabiendo que las espinas demuestran una suavidad tal que se entremezclan en la sin razón del pinchazo que inexorablemente provoca en la piel, esa piel tierna y dulce, que se deja ver en el pubis de una mujer desnuda.
Y sus senos, redondos y sensibles, tan sensibles como la mismísima imagen del vino transitando por  la lengua, mientras es saboreado, como los senos semsuales continuamente degustados por la vista y saboreados por la mente.
Sus ojos, su nariz, su boca, tal como los pétalos aterciopelados de una rosa abierta, tal como el ruido del vino ingresando en la copa.
Una mujer desnuda, una rosa roja, un vaso de buen vino tinto y toda la naturaleza junta formando una conjunción incomparable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hazte miembro de este blog y tu mensaje respetuoso, siempre será bienvenido