Una de las
cosas que un ser humano nunca quiere vivir, es el forzado exilio. Los Castro,
descendientes de españoles y originarios, sanjuaninos ellos, se tuvieron que ir
del país en épocas de dictadura. La desaparición de un familiar directo, allá
por 1977, hizo que la familia tome la difícil decisión de exiliarse en España,
más precisamente en la Provincia de Orense, en un pueblo llamado: Villamartín
de Valdeorras. Con el paso del tiempo, la familia Castro fue perdiendo algunas
costumbres sanjuaninas. El yerbeado con semitas de la tarde, la punta de
espalda a la parrilla, el viento Zonda, los partidos de liga, cada una de estas
cosas fueron desapareciendo con el tiempo y con la llegada de los nietos y
bisnietos españoles; también se fue perdiendo el amor por el Quinto Cuartel y
por su club: el Sportivo Federico Picón, del cual Don Julio Omar Castro y sus
hijos Juan José y Pedro Omar, sus nueras Emilce Gómez y Noemí Sánchez y uno de
sus nietos, Juan Manuel Castro Gómez, el único nacido en San Juan, eran fervientes
hinchas.
Solo una
vez, en cuarenta y dos años, pudieron visitar la provincia que los vio nacer,
donde no habían quedado familiares directos. Ese fue el principal motivo por el
cual no volvieron con más asiduidad a su tierra natal y el fundamento para que
echen raíces en Galicia, se hagan hinchas del La Coruña y muchos de ellos
olviden al heredado “piconino”.
Pero la
línea de Don Julio – Juan José – Emilce – Juan Manuel intentaron mantener vivos
el amor y la lealtad por los colores. Averiguando resultados, festejando
triunfos, intentando conseguir medios periodísticos que transmitan los partidos
de la Segunda División, lugar donde pasó la mayor parte de su vida Picón y los
dos años que logró estar en Primera División.
Don Julio no
andaba muy bien de salud y a los 82 años, con una diabetes controlada, con
serios problemas renales, hacía una vida sedentaria que, aún, empeoraba su
situación. Fue el único que jamás se adaptó al bello pueblo gallego, el único
de los Castro que siguió extrañando al cerro, al canal, los viñedos, los
olivares, a las calles de tierra y sobre todo al calor veraniego sanjuanino. El
desarraigo no cayó bien en su vida, sus nietos más chicos y sus bisnietos,
cansados de sus repeticiones, ya no escucharon sus historias pocitanas. Ellos,
que vivían en La Coruña hablaban de los cracks futboleros de Europa, de la
Champions y de la Eurocopa. No les interesaban las historias del Zapallo Vargas,
el Loco González o del Triste Jofré. No creían en la leyenda del rugido del
Cerro, ni de la hazaña del Cabot. Don Julio se sentía solo y eso a sus hijos
los preocupaba.
Pasaba sus
días en un sillón mecedor, escuchando tonadas, valsecitos, cuecas y algún gato
o vidalita. Leyendo a Don Buenaventura Luna y siempre pendiente del fútbol sanjuanino.
Sus navidades, sus años nuevos jamás habían sido iguales desde que había
enviudado y los esfuerzos denodados de sus descendientes, argentinos y
españoles, no tenían respuesta. En todo el año, solo esperaba un día: el 5 de
septiembre. Ese día por la noche, toda la familia, amigos y vecinos, se reunían
en la casa de la familia Castro, en Villamartín, para esperar las doce, algo
similar a lo que acontecía en las fiestas navideñas. Año tras año, decenas de
personas se juntaban alrededor de Don Julio, que se vestía para la ocasión con
una vieja casaca azul y oro, traían algo para una cena íntegramente dedicada al
viejo pocitano y esperaban que las agujas se juntaran, momento en el cual por
los parlantes, a todo volumen, la voz del relator daba rienda suelta al grito
de gol del Vecino Díaz en el Barrio Cabot, que le daba el primer ascenso en la
historia de su querido Picón.
Porque el
destino quiso que Don Julio Omar Castro, naciera un 6 de septiembre de 1936, en
el llamado Barrio del Quinto Cuartel – Pocito –Provincia de San Juan –
República Argentina, justo el día que un grupo de quintinos, fundaba el Club
Sportivo Federico Picón, el “Cacique del Quinto”.
Este año,
como todos los años, levantarán la copa brindarán por los 83 años del Federico,
los 83 años de Don Julio y gritarán al unísono: ¡Picón Carajo…!
Eduardo J. Quintana
Twitter: @ejquintana010
Facebook e Instagram: eduardo.quintana961
Espectacular, siempre firme con tu querido Picón Eduardo.
ResponderEliminarJorge de Azul