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sábado, 12 de junio de 2021

Superhéroes

Agradecimiento eterno 

Hay momentos en la vida que uno parece haberlos vivido en un sueño, eso que comúnmente se llama “Deja vu”. Escenas de la vida cotidiana que, al presentarse, parecen comunes a algún momento pensado. Otras veces, las acciones de la vida son impensadas como en este caso, en el que jamás hubiese imaginado en toda mi existencia, el de estar delante de un psicólogo. Las consecuencias de una vida ligada al fútbol, con un racinguismo casi religioso, tenían respuesta en el pequeño Giovanni. Es que esa enfermedad, que se inocula en el vientre de la madre, es incurable, y de ahí que un niño no distinga la bandera de su país con la de Racing; que una canción de cuna sea la misma que canta la hinchada el domingo en el “Cilindro”, o que un insulto no sea reconocido como tal y se produzca dentro del aula. La docencia y la psicología deberían entender que el niño, no es el total culpable de sus actos y menos, si ese niño, es hincha de Racing.

Giovanni, imaginen la proveniencia de su nombre, tiene solo seis años y con ellos una vuelta olímpica, dos participaciones en la Copa Libertadores y una final de Copa Argentina. Él no conoce las vicisitudes y fracasos que vivió su padre, ni las épocas de gloria que disfrutaron sus abuelos y bisabuelos. Es difícil explicarle mis treinta y cinco años de sequía, lo del calefón, el gallo, las papas, el alquiler del primer equipo, aquello de la exorcización y ni que hablar de la “vieja chiflada”. Él no entendía de derrotas, porque había nacido en la mejor época de los últimos cincuenta años, pero había legado la misma enfermedad que se potenciaba con las victorias.

 Para un niño normal, un superhéroe es Batman, otro es Superman o Spiderman y más atrás Astroboy o el mismísimo Cacique Patoruzú. Para los niños de hoy Dragon Ball, Caballeros del Zodíaco o Ben 10. Para un pibe hincha de Racing no. Mi abuelo, me hablaba de un superhéroe llamado el “Chueco” García; mi viejo del “Loco” Oreste Osmar Corbatta; y en mi caso, que nací con la epopeya del 67, quien otro que el “Chango” Cárdenas y es verdad, porque lo conocí como humano cuando, con sus manos, me regaló su camiseta y lo vi gigante, imbatible, indestructible e inmortal. El valeroso guerrero que, en el “Centenario”, asestó el disparo mortal a aquel circunstancial enemigo y levantó la bandera del lejano club de Sudamérica para que la conozca todo el mundo. Ese fue el superhéroe de mi infancia, el que aparecía una y mil veces por televisión, el que puso el balón en el ángulo inalcanzable para Fallon y le dio el primer título mundial al país.

La psicóloga me miraba extrañada cuando le contaba estas cosas, porque era un tipo grande para tener un niño tan chico y por sus ojos asombrados, parecía que lo mío rondaba con la locura extrema. Pero no, así era la herencia que pasaba de generación en generación y todos felices con la locura. Pero ella no tenía el suficiente sentimiento como para entenderlo y me repetía que un niño, como Giovanni, no podía tener un ídolo carnal. La interrumpí, no quedaba otra, ahí le expuse que el tipo había vuelto a nuestro país después de ganar absolutamente todo lo que había jugado, que había dejado los lujos europeos con el único fin de sacar campeón al club del cual era hincha. Ella meneaba la cabeza. Es más, seguí el monólogo; cumplió su sueño el año que llegó e incluso jugó la Copa Libertadores, y si es ídolo de tantos, por qué no puede ser el superhéroe de Giovanni.

 Sentí que la mina, desde el comienzo, jamás entendió nada, entonces me levanté y me retiré, pero justo en el momento de salir del consultorio, giré y vi que escribía en una planilla con una lapicera de tinta roja; fue ahí que le aclaré algo importante:

 “Mire señorita, Diego Milito no vuela, ni lanza rayos, pero es el superhéroe de Giovanni, y mientras él quiera, llevará puesta la capa celeste y blanca con el número 22 arriba del guardapolvo.”



(Foto extraída de Internet)

Eduardo J. Quintana

Cuento extraído del libro "La grandeza es otra cosa y otros cuentos racinguistas"



ITG: eduardo.quintana961
Facebook y Twitter: @ejquintana010



 

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